Conócenos

En Rifacli nos encantan las galletas artesanas. Por eso cada día nos esmeramos en elaborarlas con delicadeza y mucho mimo. Llevamos haciéndolo tanto tiempo que sin darnos cuenta nos hemos hecho centenarios. Y es que hace más de 100 años que elaboramos pequeños momentos de placer.

Todo empezó en 1917 con Ricard fundando la pastelería Rifacli en L’Espluga de Francolí, con tan sólo 23 años. Pocos años después, su maestría le valió distinguirse con la Cruz y Medalla de Oro en la exposición de Roma de 1922. Desde entonces seguimos haciendo galletas, hoy en día desde Montblanc. Eso sí, mantenemos su rigor y su pasión. Por eso, en Rifacli elaboramos las mismas galletas centenarias al mismo tiempo que innovamos con nuevas formas y sabores.

Conócenos

En Rifacli nos encantan las galletas artesanas. Por eso cada día nos esmeramos en elaborarlas con delicadeza y mucho mimo. Llevamos haciéndolo tanto tiempo que sin darnos cuenta nos hemos hecho centenarios. Y es que hace más de 100 años que elaboramos pequeños momentos de placer.

Todo empezó en 1917 con Ricard fundando la pastelería Rifacli en L’Espluga de Francolí, con tan sólo 23 años. Pocos años después, su maestría le valió distinguirse con la Cruz y Medalla de Oro en la exposición de Roma de 1922. Desde entonces seguimos haciendo galletas, hoy en día desde Montblanc. Eso sí, mantenemos su rigor y su pasión. Por eso, en Rifacli elaboramos las mismas galletas centenarias al mismo tiempo que innovamos con nuevas formas y sabores.

Nuestra historia

1917

Abre una pastelería en Espluga de Francolí

icono-fundacion

Ricard Ferrer Climent era hijo de pastelero. Un día, en un bar de la calle Muntaner de Barcelona, inventó una nueva galleta: los abanicos artesanos. Nombró a la galleta como él mismo: Ri (Ricard) – Fa (Ferrer) – cli (Climent). 

Al cabo de poco de empezar a confeccionarlas, Ricard cosechó unas ventas exitosas. Por eso decidió volver a su pueblo natural de l’Espluga de Francolí. Es aquí, en esta localidad tarraconense, en la que abrió sus puertas la pastelería Rifacli. En ella, Ricard disponía de un local más amplio para poder hacer los abanicos. Tenía 23 años.

En esa zona ya existía un turismo considerable pues allí tenemos la Costa Dorada, la ruta del Cister, el pueblo medieval de Montblanc y la ciudad modernista de Reus. La demanda era tan alta que Rosa, su esposa, se involucró en el negocio. Juntos fabricaban y vendían galletas artesanas en su casa familiar de la localidad. La tienda estaba situada en la misma casa a pie de calle.

En el pequeño obrador de l’Espluga de Francolí, la pareja de pasteleros empezaron a fabricar tres tipos de galletas artesanas: abanicos Rifacli, carquinyolis Fliots y neulas navideñas. Para ello tenían 3 máquinas de 3 planchas para cocer la galleta de abanicos y neules. No obstante, había un fuerte componente artesanal en el proceso de confección de las galletas. Y parte del mismo, lo conservamos a día de hoy. Por ejemplo, seguimos plegando los abanicos a mano.

1922

Llegan los primeros reconocimientos

icono-medalla
historia_latas_antiguas

Los abanicos y los carquinyolis se hicieron tan deseados que se exportaron a toda España. Además, en la Exposición de Roma en 1922, el trabajo de Ricard y Rosa fue distinguido con la Cruz y la Medalla de Oro. El éxito obtenido permitió mejorar el packaging. Se pasó de una caja gris envuelta con papel en el que ponía Rifacli, a una bonita caja litografiada ideal para regalar.

Las nuevas cajas Rifacli, una vez el contenido disfrutado, se reutilizaban para guardar postales, litografías o el material para coser.

1950

Primera mudanza

icono-caja

El éxito de las galletas Rifacli era tal que no se podía hacer frente a la demanda con el obrador en la casa familiar.

Por eso, la producción se desplazó a una nave más grande situada en la Carretera de Montblanc, en la misma localidad de L’Espluga de Francolí.

1970's

De obrador a fábrica artesanal

Más imágenes de la época

icono-fabrica

El deseo por las galletas Rifacli siguió creciendo. De esta forma, poco a poco el pequeño obrador familiar se transformó en una pequeña fábrica industrial con toques artesanales. Se pusieron en marcha varias líneas de producción cada una de ellas especializada en una tarea.

De esta forma, teníamos una línea dedicada a la transformación de las materias primas, otra para hornear barquillos, otra para bañar galletas de cacao, etc. La plantilla creció y creció. De hecho, hasta las 120 personas llegaron a trabajar en esta fábrica.

Otro hecho interesante es que las galletas Rifacli empezaron a vender por todo el mundo, incluso en Estados Unidos y en Oriente Medio.

1990's

Nos trasladamos a Montblanc

icono-montblanc

Para poder mejorar nuestro trabajo, a principios de los 90 nos traladamos a Montblanc. A día de hoy, allí seguimos elaborando galletas artesanas. Y lo hacemos como siempre: con recetas centenarios, ingredientes locales y hornos de medio siglo. Además, y como en su día Ricard y Rosa, vendemos nuestras galletas en la misma fábrica, para poder así tener un contacto directo con nuestros clientes.

2016

Aparecen las Delice

icono-lanzamiento

No sólo nos mueve en hacer lo que sabemos hacer muy bien, también nos gusta innovar. Por eso lanzamos una nueva gama de galletas artesanas: las Delice. ¿Qué son? Pues crujientes galletas con trocitos de frutas o de cacao. Y es que con las Delice queremos añadir un puntito más de placer a tu momento de te o de zumo.

2017

Un siglo de historia

icono-centenario
danielulea.com

100 años desde la apertura de la pequeña pastelería en L’Espluga de Francolí. Un siglo de arduo trabajo y pasión por las galletas. Se dice rápido, pero es que 100 años después, seguimos fabricando nuestros abanicos, carquiñolis y neulas. Y de la misma forma.

2018

Nueva imagen corporativa

icono_rebranding

En 2018 en Rifacli decidimos ponernos guapos. Por eso, hemos renovado nuestro logotipo tomando como referencia el original pero modernizándolo.

Además, renovamos nuestros envases para transmitir una imagen más moderna y de diseño. También nos dotamos de una web más atractiva y útil para nuestros clientes. Pero no sólo eso, pues este año lanzamos también nuevos productos y nuevas variedades de carquiñolis y de creps. El futuro se nos presenta bien y lo afrontamos con mucha ilusión. Nos apasionan las galletas artesanas y queremos compartirlo contigo.